La actividad laboral (durante casi 40 años) vinculada a históricas inundaciones implicó la relación de las vivencias de la niñez / adolescencia (en contacto con el mar y el río Quequén) con las lluvias que afectan, con sus desbordes, a la población cercana a los arroyos y lugares bajos de esta zona, donde el dicho clásico de “la lluvia le hace bien al campo” se convierte en “la lluvia hace que no pueda salir de mi casa”.
No es casual que haya elegido volver a los orígenes radicándose en una ciudad marítima como Mar del Plata. La obra en esta etapa resume esas vivencias (expresadas con la presencia del agua), en las muestras destinadas a quienes en su cotidianeidad no tienen contacto con el Arte plástico. De eso se trata la presentación en lugares como “Así Salud” (Mitre 2019) y “Hotel Sutna” (Falucho 2056), o “AMEC” Asoc. Mutual Empleados de Comercio (Salta 1852 – 1º Piso), donde la Muestra “Una voz antigua de viento y de sal…” dio inicio a su espacio, continuado hoy por artistas cuyas obras disfrutan el personal, afiliados, pacientes y público en general.